Valle del Jerte

Pensar en el VALLE DEL JERTE es pensar en CEREZAS. Este rojo y delicioso fruto es el sabroso embajador de este paraje de la provincia de Cáceres, pero aquellos que se embarcan en la aventura de visitarlo descubren que en él hay muchos más tesoros.

Es innegable que recorrer las carreteras del Valle del Jerte cuando miles de flores blancas adornan las ramas de los árboles durante EL CEREZO EN FLOR es un espectáculo natural de primer orden, pero ese paisaje sólo dura unos pocos días al comienzo de la primavera.

Sin embargo, la RESERVA NATURAL DE LA GARGANTA DE LOS INFIERNOS, a pesar de su maléfico nombre, se esmera por darnos lo mejor de sí misma las cuatro estaciones del año: cascadas heladas detenidas en el tiempo en el invierno, saltos de agua exuberantes en primavera, frescas piscinas transparentes en el cálido verano, y un otoño suave y colorido en el que los robles se tornan ocres, los castaños amarillos, y los cerezos enrojecen tratando de emular a su fruto. Escenas que se repiten también en otros escenarios como la CASCADA DEL CAOZO en la GARGANTA BONAL y la GARGANTA MARTA.

Para contemplar el Valle del Jerte, tenemos varias opciones, ya que existen más de una docena de miradores, entre los que destaca el MIRADOR DE LA MEMORIA, en el municipio de El Torno.  Donde unas enigmáticas figuras humanas representando a los olvidados, nos acompañarán.

También podemos subir hasta el punto más alto de Extremadura, la localidad de Piornal, en donde cada invierno se celebra la ancestral fiesta del JARRAMPLAS: según la leyenda un ladrón de ganado fue espantado por los vecinos lanzándole nabos y esta tradición se repite con el ladrón convertido en el colorido y misterioso Jarramplas, que recorre sus calles recibiendo el honor de ser apalizado por sus vecinos.

Bonos del Valle del Jerte