La Vera

En un imperio donde no se ponía el sol, el emperador Carlos V eligió LA VERA como su refugio para sus últimos días. Semejante carta de presentación ya sería motivo suficiente para organizar una visita a esta comarca, pero si necesita más razones, en La Vera las tenemos de sobra.

A pesar de que casi fue destruido por el ejército de Napoleón primero, y por el olvido después, el MONASTERIO DE YUSTE y sus claustros gótico y renacentista, totalmente recuperados, siguen ofreciendo descanso y paz a los viajeros que los visitan. A su lado, las calles del pueblo de CUACOS nos presentan un CONJUNTO HISTÓRICO ARTÍSTICO que es un ejemplo perfecto de la arquitectura verata y entre ambos puntos se halla el curioso CEMENTERIO ALEMÁN DE YUSTE, en donde reposan los soldados germanos que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones durante las dos guerras mundiales.

Siguiendo la ruta imperial nos encontramos también con el CASTILLO DE LOS CONDES DE OROPESA en Jarandilla de la Vera que fue la residencia provisional de Carlos V mientras terminaban las obras de su morada en el monasterio. Si usted quiere dormir como un emperador puede hacerlo, ya que este palacio es actualmente un Parador. Y muy cerca, en Aldeanueva de la Vera, podremos refrescarnos en su FUENTE DE OCHO CAÑOS y su particular PLAZA DE TOROS RECTANGULAR.

La Vera nos ofrece también espacios naturales de ensueño, como “LAS PILETILLAS”, un conjunto de gargantas y marmitas naturales que son todo un oasis de frescor en verano y un espectáculo de la naturaleza todo el año. Después de disfrutar de un baño podemos acercarnos a GARGANTA LA OLLA, declarada conjunto histórico artístico, cuya IGLESIA parroquial y ERMITA DEL SANTO CRISTO DEL HUMILLADERO son dignas de visita, pero los ejércitos de Carlos V preferían visitar su CASA DE MUÑECAS, un antiguo burdel pintado de un particular color azul para hacer más ostensible su función.

Y hablando de La Vera no podemos olvidarnos del PIMENTÓN, un ingrediente sin el cual no puede entenderse la dieta mediterránea: un condimento que se elabora con mimo y con tiempo, ahumando los pimientos con leña de roble o encina, y que le confieren un aroma, sabor y color que no se dan en ningún otro pimentón del mundo. Dulce, picante o agridulce, como usted lo prefiera, pero siempre con la garantía de la etiqueta de la Denominación de Origen Pimentón de la Vera.

Bonos de La Vera