Reserva de la Biosfera de Monfragüe

Monfragüe Castillo

El PARQUE NACIONAL Y RESERVA DE LA BIOSFERA DE MONFRAGÜE representa la mayor extensión de bosque mediterráneo en todo el planeta. Además de su valor para la conservación de la biodiversidad, resulta muy difícil contener con palabras la vehemente vitalidad que representa Monfragüe: navegar por el Tajo acompañado del vuelo de los BUITRES LEONADOS, los miles de olores de la primavera, el sonido de los CIERVOS en la berrea, alcanzar la cima del castillo y contemplar desde allí un bosque que ha sido testigo de la evolución del mundo.

Otro de los valores de este refugio natural es que demuestra que la relación constructiva de la humanidad con la tierra. Las DEHESAS que forman parte de Monfragüe no podrían desarrollase sin la presencia de personas. Su configuración y ecosistema necesita de la acción humana para conservarse y su relación data de hace miles de años, como demuestran las PINTURAS RUPESTRES que adornan multitud de rincones en la SIERRA DE MONFRAGÜE, y donde destaca la CUEVA DEL CASTILLO, abrigo situado en la cara sur de la SIERRA DE LA CORCHUELAS. Esta cueva es visitable y en ella podremos contemplar muestras de la pintura esquemática de las edades del Cobre, Bronce y Hierro.

Desde la prehistoria hasta nuestros días, múltiples civilizaciones han dejado su marca: los romanos bautizaron el terreno por su exuberancia como Monsfragorum (monte fragoso), los árabes construyeron su castillo y los cristianos que lo conquistaron lo reformaron. Hasta su espectacular cielo nocturno le hace merecedora de la certificación Starlight, como uno de los mejores lugares para observar las estrellas en todo el mundo.

Monfragüe tiene mil formas de vivirse: acampando, haciendo una RUTA GUIADA en todoterreno o pateando sus sendas jugando a contar especies diferentes: encinas, ciervos, jaras, águilas, fresnos… Mil formas diferentes y cada una te mostrará una faceta de este parque infinito.

Pero Monfragüe va más allá del Parque Nacional:  en la reserva de la Biosfera encontrará otros enclaves naturales,  como el EMBALSE DE ARROCAMPO,  con más de 170 especies de aves que observar. La RUTA DE LOS TRAMPANTOJOS DE ROMANGORDO nos enseña más de medio de centenar de MURALES con escenas cotidianas de la vida en el pueblo. O el sobrecogedor CRISTO DE LA VICTORIA DE LA SERRADILLA, de tal perfección que se cuenta que el propio escultor al ver el resultado dijo: “Esta no es obra mía, sino de Dios”.

Bonos de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe